
Tzinacantán, en


Zinacantán (entrada $20) es famoso por sus textiles. Se rigen por usos y costumbres, practican la horticultura y siembran maíz y frijol.
En 1968 la comunidad corrió al sacerdote y mantuvieron una religiosidad propia fusionando las costumbres locales con la práctica católica. Recientemente volvieron a tener un sacerdote en su parroquia.


Desde 1994, con el movimiento zapatista cuentan con servicio médico, clínica, escuela, control natal.

Visitamos la casa de una familia dedicada a la artesanía textil. El colorido que nos recibió es impresionante. Nos demostraron el trabajo en el telar d
e cintura, nos dieron un licor artesanal, tacos de tortilla hecha a mano con queso chiapaneco, frijol, salsa y semilla de calabaza molida, que le da un sabor muy especial.
Nos
prestaron un par de trajes de boda, que modelaron Eric y Diana. El traje de la novia lleva plumas blancas tejidas en la tela, que hacen refe
rencia al hecho de que las gallinas siempre estan en la casa y se espera lo mismo de la novia... una de las chicas me comentó que en realidad no cumplen eso de que el lugar de la mujer es sólo en su casa...

Nos


La visita a esta casa, el poder conocer la vida desde dentro de los muros que siempre mantienen al viajero fuera, ajeno, es sin duda uno de los tantos momentos sobresalientes de este viaje.
Iglesia de Zinacantán
Iglesia de Zinacantán
Nuestra visita coincidió con el día del natalicio de la Virgen María y pudimos ver la decoración y los ritos en el interior de la iglesia. Incluso nos tocó ver la ceremonia de bautizos y escuchar los cantos religiosos en la lengua indígena. Fue muy bello.
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